
El "enfoque AI-first" de la ciberseguridad sitúa la inteligencia artificial en la base de la detección, el análisis y la respuesta a las amenazas, en lugar de añadirla a posteriori.
Esta estrategia basada en IA aprende de una gran cantidad de datos para detectar patrones y anomalías que los sistemas basados en reglas no detectan. Utiliza información en tiempo real sobre el comportamiento, el tono y la actividad para detectar amenazas, automatizar el triaje y adaptarse, ofreciendo una defensa más rápida, inteligente y escalable en un panorama de amenazas en constante evolución.